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Imagina que tienes una cafetería en el centro de tu ciudad y tienes un escaparate muy bonito, diseñado para atraer a los transeúntes y conseguir que entren en tu establecimiento. Pero si entran y salen enseguida porque lo que han encontrado dentro no les ha gustado o no les ha motivado suficiente para quedarse más tiempo, todo el esfuerzo de realizar el escaparate no habrá servido de mucho.
Por tanto, lo que queremos es que una vez hayan entrado, se queden el máximo posible para que vean todo lo que les podemos ofrecer. Cuanto más tiempo se queden en la cafetería más fácil será que acaben consumiendo alguna cosa o que vuelvan otro día a ver qué tenemos como novedad.